José vendido por sus hermanos
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José vendido por sus hermanos
José vendido por sus hermanos, S.XX
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Esta es la historia de la familia de Jacob. A los diecisiete años, José se dedicaba a cuidar ovejas. Siendo todavía un adolescente, ayudaba a los hijos de Bilá y de Zelfa, mujeres de su padre y, por lo tanto, informaba a su padre sobre la mala reputación que sus hermanos tenían. Israel quería a José más que a sus otros hijos, pues le había nacido en su ancianidad; incluso le había hecho una túnica con mangas. Sus hermanos, viendo que su padre le prefería a sus otros hijos, comenzaron a odiarlo hasta tal punto que no podían conversar con él. […] Al verlo desde lejos, y antes de que llegara, se pusieron de acuerdo para matarlo. Se dijeron: 'Allí viene el soñador. Este es el momento: matémoslo y echémoslo en un pozo cualquiera, y diremos que algún animal feroz lo devoró. ¡Ahí vamos a ver en qué quedan sus sueños!'. Al oír esto, Rubén quiso salvarlo de sus manos y les dijo: 'No lo maten. No derramen sangre, les dijo Rubén, échenlo más bien en aquella cisterna allá en el desierto, pero no pongan las manos sobre él. Esto dijo para sacarlo de sus manos y devolverlo después a su padre. Fue así que cuando José llegó junto a ellos, le sacaron la túnica con mangas que llevaba puesta, lo tomaron y lo arrojaron a una cisterna que estaba seca, sin agua. Se sentaron para comer, cuando alzando los ojos, vieron una caravana de ismaelitas que venía de Galaad, con sus camellos cargados de bálsamo, mirra y otras especias que llevaban a Egipto. Entonces Judá dijo a sus hermanos: '¿Qué ganamos con matar a nuestro hermano y tapar su sangre?' Mejor vendámoslo a esos ismaelitas y no pongamos nuestras manos sobre él, pues es nuestro hermano y carne nuestra. Sus hermanos le hicieron caso, y al pasar unos madianitas, que eran mercaderes, sacaron a José del pozo. Lo vendieron a los madianitas por veinte monedas de plata, y éstos llevaron a José a Egipto. (Génesis 37, 2-4; 37, 18- 28)
Jacob tuvo 13 hijos (Rubén, Simeón, Leví, Judá, Isacar, Zabulón, Dan, Neftalí, Gad, Aser, José y Benjamín). Los hermanos mayores de José, celosos por la predilección que su padre sentía por este, decidieron deshacerse de él. Primero resolvieron matarlo, pero finalmente prefirieron venderlo a unos comerciantes que se dirigían a Egipto. Ahí fue vendido al capitán del ejército del Faraón y, gracias a sus dotes como intérprete de sueños, escaló hasta ser considerado ministro del soberano. Por su parte, los hermanos hicieron creer a su padre que José había sido atacado por animales salvajes.
La escena que vemos es la de la transacción; vemos a uno de los hermanos recibiendo unas monedas por parte de uno de los comerciantes, quienes están ataviados con túnicas y turbantes, acompañados de sus camellos y criados. En la escena se ve cómo uno de estos comerciantes se lleva al joven José amarrado de las manos para evitar su escape, mientras este mira con tristeza a sus hermanos.