Él les mostrará una sala grande y amueblada en el piso superior. Preparen allí lo necesario’. Se fueron, pues, y hallaron todo tal como Jesús les había dicho; y prepararon la Pascua. Llegada la hora, Jesús se sentó a la mesa con los apóstoles y les dijo: ‘Yo tenía gran deseo de comer esta Pascua con ustedes antes de padecer. Porque, se lo digo, ya no la volveré a comer hasta que sea la nueva y perfecta Pascua en el Reino de Dios’. (Lucas 22,12 -16)

Los discípulos se fueron, entraron en la ciudad, encontraron las cosas tal como Jesús les había dicho y prepararon la Pascua. Al atardecer, llegó Jesús con los Doce. Y mientras estaban a la mesa comiendo, les dijo: ‘Les aseguro que uno de ustedes me va a entregar, uno que comparte mi pan’. Ellos se entristecieron mucho al oírle, y le empezaron a preguntar uno a uno: ‘¿Seré yo?’ Él les respondió: ‘Es uno de los Doce, uno que moja su pan en el plato conmigo. El Hijo del Hombre se va, conforme dijeron de él las Escrituras, pero ¡pobre de aquel que entrega al Hijo del Hombre! Sería mucho mejor para él no haber nacido’. (Marcos 14, 16 – 21)

Llegada la tarde, Jesús se sentó a la mesa con los Doce. Y mientras comían, les dijo: ‘En verdad les digo: uno de ustedes me va a traicionar’. Se sintieron profundamente afligidos, y uno a uno comenzaron a preguntarle: ‘¿Seré yo, Señor?’. Él contestó: ‘El que me va a entregar es uno de los que mojan su pan conmigo en el plato. El Hijo del Hombre se va, como dicen las Escrituras, pero ¡pobre de aquel que entrega al Hijo del Hombre! ¡Sería mejor para él no haber nacido!’. (Mateo 26, 20 -24)

Tras decir estas cosas, Jesús se conmovió en su espíritu y dijo con toda claridad: ‘En verdad les digo: uno de ustedes me va a entregar’. Los discípulos se miraron unos a otros, pues no sabían a quién se refería. Uno de sus discípulos, el que Jesús amaba, estaba recostado junto a él en la mesa, y Simón Pedro le hizo señas para que le preguntara de quién hablaba. Se volvió hacia Jesús y le preguntó: ‘Señor, ¿quién es?’. (Juan 13, 21- 25)

La Última Cena es la reunión final que, según los Evangelios y la Primera carta de Pablo a los Corintios, Jesús compartió con sus apóstoles antes de ser traicionado, arrestado, juzgado y luego crucificado. Aunque solo en los evangelios sinópticos y la carta a los corintios se narra la institución de la eucaristía, en la cual Jesús tomó pan y vino, diciendo que era su cuerpo y sangre.

El Evangelio de Juan no narra esto, pero nos dice que Jesús lavó los pies de los apóstoles promulgando un nuevo pacto o mandamiento, el de amarse unos a otros. Este relato provee de base bíblica a la “eucaristía”, “sagrada comunión” o “cena del Señor”, rito central en la liturgia cristiana.

Nieva representa a Jesús en el centro y a sus discípulos alrededor de una mesa, donde se desarrolla la cena pascual. Algunos discípulos se encuentran absortos en oración, pero otros están sorprendidos por la revelación de la traición; llaman la atención la imagen del imberbe Juan en total adoración y la de Judas, con su bolsa de monedas, sintiéndose descubierto.