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Obras
Las manifestaciones de las enfermedades generalmente las identificamos gracias a los signos visibles de las mismas. Sin embargo, no para todas las enfermedades es aplicable dicha característica. Dentro de las enfermedades silenciosas pueden entrar en clasificaciones tanto físicas como mentales, ambas de igual validez y con requerimientos médicos de la misma importancia. Para enfermedades degenerativas, como lo es la esclerosis múltiple, dichos signos son casi perceptibles únicamente para el individuo que la padece. Este escenario se presta para interpretaciones tanto desde el punto de vista personal como externo, donde el ejercicio pictórico puede entrar como puente conductor entre la internalidad conflictiva de la persona que padece la enfermedad y la percepción de los externos. De manera personal en el contenido de esta serie pictórica se sublima la enfermedad sobre la figura corporal de manera semi-abstracta, evocando sus síntomas con el color amarillo. Los colores complementarios representan el contrario de la enfermedad, así como la desadaptación del individuo hacia su nueva realidad llena de los síntomas presentes de la enfermedad disponibles solo para su percepción. La aceptación del individuo sobre su enfermedad activa adicionalmente la de su cuerpo, apagando débilmente el gradiente amarillo hacia los anaranjados, rojos y finalmente colorizandose hacia un semejante con su entorno. Los materiales utilizados para el mejoramiento de la proyección pictórica cuentan con textura gracias a la pintura al óleo aplicada sobre cartones lisos comprimidos y tela previamente imprimados. Los planos y manchas, así como escurrimientos, se integran a la composición pictórica gracias a la variedad de pinceles, aglutinantes y disolventes que, con una capa de barniz copal, integran una serie de obras que esperan trascender dentro de la evolución pictórica conceptual de nuestra sociedad contemporánea.
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