La obra de David Hockney retrata de forma digital un paisaje donde se observa un camino y árboles a los lados.
Hockney comenzó a dibujar en pantallas táctiles cuando recibió su primer iPhone en 2009. Durante muchos años, el artista comenzaba cada día dibujando flores, que su novio le dejaba en su mesita de noche y enviando por correo electrónico sus ramos digitalizados a sus amigos más cercanos. La rápida adopción de la pantalla táctil por parte de Hockney representa una continuación de la fascinación del artista pop por la tecnología innovadora, que lo llevó a experimentar con máquinas de fax, películas Polaroid y Photoshop años antes. Actualmente, Hockney utiliza su iPad para documentar el cambio de estaciones cerca de su casa en East Yorkshire, Inglaterra.