En la obra de Brodskis aparece la idea recurrente de habitar un espacio intermedio, en la encrucijada de la realidad y la imaginación, el orden y el desorden, el materialismo...
En la obra de Brodskis aparece la idea recurrente de habitar un espacio intermedio, en la encrucijada de la realidad y la imaginación, el orden y el desorden, el materialismo y la espiritualidad, el determinismo y la libertad.
En esta obra vemos figuras solemnes con los ojos muy abiertos que miran al espectador desde un fondo de naranja, que evoca la idea de un espacio interno y corporal, que nos remite a la carga psicológica de esta obra, donde la artista retrató a sus personajes íntegramente de su imaginación para hacer una reflexión de las las formas en que modificamos nuestro comportamiento para alinearnos con las expectativas sociales y conectarnos con otros, mientras que a veces reprimimos partes de nosotros mismos.